Durante el primer trimestre del embarazado se presentan
en la madre algunas alteraciones gástricas como el
incremento en la producción de ácido gástrico, incompetencia
del esfínter gastroesofágico y la disminución
de los movimientos peristálticos. El reflujo gástrico limita
la prescripción de medicamentos analgésicos y
antibióticos. Los valores elevados de progesterona observados
durante la gravidez, el incremento del metabolismo
de los estrógenos de la encía y el incremento en
la producción de prostaglandinas durante el embarazo,
tienen una acción directa sobre los capilares gingivales
y sobre la nutrición y metabolismo de las células del periodonto.
En el primer trimestre se pueden presentar algunos
trastornos como vómito, nauseas y fatiga, además
pueden aparecer los granulomas piógenos gingivales,
aunado a esto la gingivitis y periodontitis preexistentes
se pueden intensificar. En el tercer trimestre se puede
observar en la gestante una etapa de depresión y fatiga
que puede desencadenar en una falta de cooperación
para cumplir con el protocolo de higiene oral. Después
de la semana 28 la posición supina causa una marcada
disminución del gasto cardiaco debido a la compresión
del útero sobre la vena cava inferior, produciéndose en
algunos casos el Síndrome de Hipotensión Supina. Al
disminuirse el retorno venoso se producen signos de
choque como taquicardia e hipotensión y en algunos
casos la pérdida de consciencia. El objetivo de la primera
consulta es convencerla de la importancia de las
actividades preventivas orales y del diagnóstico y tratamiento
oportuno, para bienestar del feto y de ella misma.
Conclusión: El miedo infundado o supersticioso a la
acción teratógena de los medicamentos no debe impedir
el tratamiento adecuado de la embarazada, siempre
y cuando se haya vaYOUlorado individualmente el beneficio
del tratamiento versus sus riesgos
.
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